miércoles, 13 de abril de 2011

Las ventajas de la Torre de Babel

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El buen uso de la singularidad de cada persona es lo que necesita El Salvador. Dejar de vivir en la Torre de Babel, donde reinaba la confusión y las personas no se podían entender. Sino que buscar y aplicar las ventajas que representa la diversidad.

En contadas ocasiones, dos o más personas tienen exactamente las mismas opiniones,  muchas cosas pueden variar;  religión, opiniones políticas, sexo, nacionalidad, edad, ideales, metas, etc. El etcétera puede ser una lista infinita de puntos de vista, que generan confusión y falta de entendimiento entre las personas. Pero esas características únicas de cada quien son las que crean los individuos, dando  la certeza de ser único e irrepetible.

Las diferencias más urgentes que se deben de aprovechar son las variadas opiniones políticas. Esas definen el rumbo de la nación, ellas y sus consecuentes políticas económicas.

Un paso a seguir para aprovechar la diversidad con respecto a la política (aplicable en el día a día) es aprovechar de buena manera los espacios de opinión, evitar en ellos la denominada “toxicidad en la información”. La toxicidad efectuada en la información consiste en publicar (en cualquier medio) información errónea, ya sea por falta de verificación, o de forma deliberada. También se expresa mediante insultos o comentarios denigrantes hacia el autor o el medio de comunicación que sirvió de vía para dar una opinión. Las redes sociales (Twitter, Facebook, blogs) son perfecto ejemplo de estas  prácticas, en ellas se observan  expresiones  fuertes de inconformismo  y hasta de burlas.  Es comprensible que no se estará de acuerdo con todo lo que existe en los medios de comunicación, pero los insultos no son la manera de aprovechar las diferencias. Si se expresa una opinión distinta a la del autor, se debe de proponer o llamar a un sano debate, así se aprovecha la pluralidad y los acuerdos llegados en los debates se convierten en ventajas: ideas fusionadas que surgen del hecho inamovible, de que todas las personas piensan distinto.

Otra manera de aprovechar la pluralidad es dejar atrás toda actitud que genere un prejuicio y que no permita relacionarse con alguien que piense distinto. Como se diría coloquialmente en el país, no hay “que agarrar llave” contra determinado sector de la población, solo porque a simple vista tiene costumbres y pensamientos distintos.

Para la del “relevo generacional” (personas que nacieron en el final de la década de los 80 y principios de los 90, que no tienen memorias de la guerra)  los prejuicios con los que viven  son heredados. Durante la guerra, las ofensas o daños no fueron directamente hacia ellos (en la mayoría de casos), más bien, hacia sus padres, abuelos, familiares. Conforme ellos crecieron aprendieron el prejuicio desde el punto de vista de sus padres, tomando como parámetro que los que infligieron daño a la familia eran los “malos”.  Creando una generalización para todo aquel que no piense igual que ellos. Sin darse cuenta que las familias de los jóvenes que piensan de manera distinta también sufrieron las mismas ofensas y daños.  Para poder dialogar con compatriotas de su misma edad y con distintos pensamientos políticos tienen que dejar atrás esos prejuicios, dándose cuenta que ya no deben de existir dos bandos, “los buenos (nosotros)” y  “los malos(los otros)”.

Aprovechar las diferencias entre los salvadoreños no implica de ninguna manera que el camino será fácil y que siempre se podrá llegar a acuerdos que  todos los sectores de la población vean con un 100% de aprobación, ni se estará del todo de acuerdo con el rumbo político, económico que tiene el país. Tener una actitud dispuesta a ver con ojos positivos las diferencias  del otro, asegura algo  grandioso,  asegura poder vivir en paz. Y la paz  verdadera en El Salvador  es algo que todos los salvadoreños de corazón queremos, anhelamos y estamos dispuestos a sacrificarnos por lograr.