Tener estudios superiores en El Salvador es una gran dicha. Uno de los requisitos para tener un título universitario son las famosas 500 horas sociales -para carreras de 5 años y 250 para opciones técnicas. Pero los estudiantes, muchas veces, no les dan el enfoque necesario para que sean realmente aprovechadas a su máxima capacidad.
¿Por qué no hacer algo proactivo, multiplicar esa oportunidad para otros y dejar de ver las horas sociales como una carga?
En El Salvador, la educación universitaria está normada por la “Ley de educación superior” promulgada en 1995, revisada y actualizada en el 2004. En esa ley, en el artículo 2 se contemplan los cuatro objetivos de la educación superior salvadoreña. Me interesa recalcar el tercero: prestar un servicio social a la comunidad. Este va de la mano con una de las funciones de la educación superior (artículo 3): la proyección social, “que es la interacción entre el quehacer académico con la realidad natural, social y cultural del país”.
Es importante recalcar la proyección social en la vida de las personas. Conocer la realidad natural, social y cultural del país no es algo que debe verse de menos, es algo necesario, y ello se tiene que traducir en el servicio que una persona le brinda a la sociedad. En el caso de El Salvador, por ser un país en vías de desarrollo, todos debemos multiplicar las oportunidades existentes, pero aún más y con mayor responsabilidad aquellas personas que pudimos asistir a la universidad.
Entonces, las horas sociales sí son una obligación, pero ¿es esa la única visión con que se debe de ver ese deber? En mi opinión, no lo es. Se tiene que considerar como una oportunidad para ayudar al país. Muchas veces he escuchado comentarios en los que se expresa el deseo de querer ayudar a los demás pero no se conocen los medios, ni el capital humano disponible. Pues las horas sociales son un excelente camino. Solo imaginen, la matrícula estudiantil que las instituciones del nivel superior reportaron durante el año 2009 fue de 143,849 estudiantes, y el total de graduados en el nivel superior fue de 16,168 (fuente: Información Estadística de Educación Superior del MINED, Noviembre 2010). Es un ejército de jóvenes con la capacidad de dar de su tiempo y conocimientos para los demás.
Cada universidad tiene su reglamento interno para llevar a cabo las horas sociales. Todas coinciden en varias vías para hacerlas: elaborar un proyecto en que se aprovechen los conocimientos adquiridos según la carrera que se estudia, llevarlas a cabo en ONGs de reconocida trayectoria o hacer diversos servicios a la universidad como pasantías o ayudas en los decanatos u otras dependencias administrativas.
Lector, si no has hecho las horas sociales, te invito a que tomes conciencia que ésta es solo una de las tantas herramientas que posees para ayudar a El Salvador. Existen muchas instituciones que están con los brazos abiertos para recibir tu ayuda. Y si éstas no tienen un acuerdo con tu universidad para que sirva como medio para colaborar, puedes proponer una alianza con muchas de las organizaciones existentes, tales como Un Techo para mi país, Dona tu cora, Fudem, Futbol Forever y Habitat para la humanidad, entre tantas otras.
No es una ilusión pensar en un país mejor, pero para lograrlo se requiere de mucho esfuerzo, y personas dispuestas a pagar el precio para lograr esa meta. No es de un día para otro que países, como Chile, están superando la pobreza. Pero sí es crucial la unión de ciudadano en ciudadano dispuesto a luchar por una mejor sociedad. Te invito, universitario, a que tus horas sociales sean solo el primer proyecto de ayuda a la sociedad, estoy segura que si todos nos unimos podemos vencer cualquier adversidad. La satisfacción de saber que se hizo algo por los demás no tiene precio.