domingo, 24 de abril de 2011

Once de la noche

Once de la noche. La perfección de este momento es difícil de describir. Es una vacación. Miércoles, el llamado “ombligo de la semana”. Pero este es un miércoles santo. Hoy ganó el Real Madrid la copa del Rey.

Estoy en el mar, son las 11 pm. Normalmente estuviera escribiendo, pero en mi cuarto. Leyendo o filosofando. O estuviera viendo alguna serie, leyendo. En último caso, dormida.

Pero no, estoy en una hamaca, queriendo plasmar la perfección de esta noche. Mi mejor amiga duerme dentro.  Cuando quiere es medio dormilona. Se  escucha la celebración de alguna fiesta vacacional. Es lejos, pero la música hace que parezca más cerca.

Es una hamaca multicolor, verde suave, naranja y azul. Hecha de un material que no conozco, pero que es suave pero rasposo a la vez.  El suave bamboleo de las hamacas me encanta. Lo produce el movimiento de mis dedos sobre el teclado. Me mece un poco, aumenta mi sueño y me recuerda que tuviera que estar dormida, pero este momento de poder apreciar cada detalle que percibo no lo cambio por nada. Siempre me han gustado las hamacas. Son tan moldeables, que parece sabiduría ortopédica hecha en (este caso) material barato. 

No hace calor, es una noche fresca. Este clima no parece costeño, no es la humedad acostumbrada del litoral salvadoreño. Se siente una leve brisa. Escucho los grillos, es una noche oscura, desde aquí no alcanzo a ver la luna. Percibo el olor salino, durante toda mi vida ese olor evocara mis vacaciones infantiles en Salinitas.  Apreciar la belleza de cada detalle me hace sentir más viva, aun que en este momento sean detalles llenos de quietud. 

Cuando me hacen la típica pregunta ¿mar o montaña? Casi siempre respondo montaña.  Aun que no se qué pasa esta noche que de súbito le estoy dando una ventaja leve al mar. Tal vez pensar en la vastedad del mar. Los bellos amaneceres o atardeceres que solo se aprecian desde acá. De repente me dan ganas de correr a mi cama, dormirme de inmediato y poder despertar temprano para ir a correr a la playa. Lo considerara, de no ser que desconozco como estará la marea a esa hora. Y no tengo internet para buscarlo. 48 horas sin internet. Todo un reto para mí, pero que en este momento suena como bendición. 

Estos momentos de soledad siento más profunda la presencia de Dios en mi vida. No sé si es que me quiere mostrar su amor por mí, con cada detalle que perciben mis sentidos. O es algún mensaje que por el ruido de la vida cotidiana se escucha como un eco en medio de mucho viento. Como sea, me agrada estar viva y poder disfrutar de estos momentos.

Seguiré con mi plan de darle más oportunidades al mar. Iré por agua y a despertar a mi amiga, que se ponga la piyama y durmamos para poder mañana despertar a las 6 am y ver el amanecer. A ver si me la convenzo.

PD: fui yo la que me quede dormida al día siguiente.


miércoles, 13 de abril de 2011

Horas sociales, ¿obligación u oportunidad?

*Esta columna es propiedad de www.mediolleno.com.sv y debes mencionar esta fuente en caso de compartirla.

Tener estudios superiores en El Salvador es una gran dicha. Uno de los requisitos para tener un  título universitario son las famosas 500 horas sociales -para carreras de 5 años y 250 para opciones técnicas. Pero los estudiantes, muchas veces, no  les dan el enfoque necesario para que sean realmente aprovechadas a su máxima capacidad.

¿Por qué no hacer algo proactivo, multiplicar esa oportunidad para otros y dejar de ver las horas sociales como una carga?

En El Salvador, la educación universitaria está normada por la “Ley de educación superior” promulgada en 1995, revisada y actualizada en el 2004. En esa ley, en el artículo 2 se contemplan los cuatro objetivos de la educación superior salvadoreña. Me interesa recalcar el tercero: prestar un servicio social a la comunidad. Este va de la mano con una de las funciones de la educación superior (artículo 3): la proyección social, “que es la interacción entre el quehacer académico con la realidad natural, social y cultural del país”.

Es importante recalcar la proyección social en la vida de las personas.  Conocer la realidad natural, social y cultural del país no es algo que debe verse de menos, es algo necesario, y  ello se tiene que  traducir en el servicio que una persona le brinda a la sociedad. En el caso de El Salvador, por ser un país en vías de desarrollo, todos debemos multiplicar las oportunidades existentes, pero aún más y con mayor responsabilidad aquellas personas que pudimos asistir a la universidad.

Entonces, las horas sociales sí son una obligación, pero ¿es esa la única visión con que se debe de ver ese deber? En mi opinión, no lo es. Se tiene que considerar como una oportunidad para ayudar al país. Muchas veces he escuchado comentarios en los que se expresa el deseo de querer ayudar a los demás pero no se conocen los medios, ni el capital humano disponible.  Pues las horas sociales son un excelente camino. Solo imaginen, la matrícula estudiantil que las instituciones del nivel superior reportaron durante el año 2009 fue de 143,849 estudiantes, y el total de graduados en el nivel superior fue de 16,168 (fuente: Información Estadística de Educación Superior del MINED, Noviembre 2010). Es un ejército de jóvenes con la capacidad de dar de su tiempo y conocimientos para los demás.

Cada universidad tiene su reglamento interno para llevar a cabo las horas sociales. Todas coinciden en varias vías para hacerlas: elaborar un proyecto en que se aprovechen los conocimientos adquiridos según la carrera que se estudia, llevarlas a cabo en ONGs de reconocida trayectoria o hacer diversos servicios a la universidad como pasantías o ayudas en los decanatos u otras dependencias administrativas.

Lector, si no has hecho las horas sociales, te invito a que tomes conciencia que ésta es solo una de las tantas herramientas que posees para ayudar a El Salvador. Existen muchas instituciones que están con los brazos abiertos para recibir tu ayuda. Y si éstas no tienen un acuerdo con tu universidad para que sirva como medio para colaborar, puedes proponer una alianza con muchas de las organizaciones existentes, tales como Un Techo para mi país, Dona tu cora, Fudem, Futbol Forever y Habitat para la humanidad, entre tantas otras.

No es una ilusión pensar en un país mejor, pero para lograrlo se requiere de mucho esfuerzo, y personas dispuestas a pagar el precio para lograr esa meta. No es de un día para otro que países, como Chile, están superando la pobreza. Pero sí es crucial la unión de ciudadano en ciudadano dispuesto a luchar por una mejor sociedad. Te invito, universitario, a que tus horas sociales sean solo el primer proyecto de ayuda a la sociedad, estoy segura que si todos nos unimos podemos vencer cualquier adversidad. La satisfacción de saber que se hizo algo por los demás no tiene precio.

Buscando brújulas

*Esta columna es propiedad de www.mediolleno.com.sv y debes mencionar esta fuente en caso de compartirla.

Todos los salvadoreños que nacimos a finales de los 80 y principios de los 90 conformamos el relevo generacional, es ineludible. Debemos ser parte activa de ese relevo, aunque, al fin y al cabo, es decisión de cada uno. Muchos se resisten a esta idea ya que el concepto “relevo generacional” usualmente  evoca a política, y para muchas personas la “política es sucia”. Pero la política -aunque muchos se niegan a aceptarlo- es parte del día a día. Existe la opción de ser “políticamente activo” sin pertenecer oficialmente a ningún partido.

¿A qué me refiero con  “políticamente activo”, sin pertenecer oficialmente a ningún partido?
Me refiero a conocer a fondo cuáles son los obstáculos que aquejan al país y las posibles medidas a aplicar para salir adelante. Mencionaré algunos problemas: la lenta aprobación de la ley de transparencia (actualmente está siendo “revisada” por la Asamblea Legislativa), aumento de la deuda pública, o mal uso de los fondos del Estado para subsidios. Aumento en los impuestos. Nepotismo en los puestos gubernamentales. Falta de austeridad en el gobierno, por ejemplo las plazas fantasmas en la Asamblea Legislativa. Un nuevo “pacto fiscal” que no fue previamente discutido por el gobierno y los empresarios. Mal estado de las carreteras y calles.

Los problemas que achacan al país, los conocerás día con día en las noticias, en los blogs de opinión, en columnas de los periódicos impresos y en línea, en páginas de internet como esta o en estudios y encuestas realizadas y publicadas por medios de comunicación. Interésate por  las mejores alternativas de solución, infórmate y participa en las discusiones que se desatan por las medidas y declaraciones efectuadas por nuestros gobernantes. Lee todos los puntos de vista. Encuentra la brújula que te permita conocer la dirección que necesita El Salvador y lo que se requiere para darle rumbo.

Me podrás decir: Ok, ya conozco esos problemas ¿pero qué puedo hacer yo por ellos? ¡No está en mis manos cambiarlos!

Pues, en mi opinión, sí está en tus manos cambiarlos. Tú ya puedes votar. Y debes votar, no por las promesas que ya pronto empezarán a sonar en la campaña política que se avecina sino más bien, por resultados concretos o acciones específicas que los gobernantes efectúen a los problemas antes mencionados.

Escoge tomando en cuenta todos sus años y acciones en el poder. Hay que tener memoria, no hay que olvidar grandes “escándalos “que poco a poco pasan. Por ejemplo, casi nadie recuerda el revuelo causado por la decisión del gobierno de “invertir” $100 millones en aviones. ¿Qué se llevo a cabo? ¿Se compraron?¿En algún momento se justificó esa compra?

Hay que exigir resultados y conforme a estos resultados, votar.

A esto me refiero al darle “rumbo” a El Salvador, escoger candidatos que se conviertan en  verdaderos gobernantes. Estamos en un momento pívot de la historia, si no quieres  estar dentro de la política, pues elige a representantes  que realmente  tomen las riendas del país. Deja sin el voto a diputados que se pasan de un partido a otro sin razón o justificación valida. Acuérdate de las promesas de campaña y revisa conforme pasa el tiempo cuáles se han cumplido.

Relevo generacional: No solo se puede participar activamente en la política dentro de los partidos. Todos podemos y debemos hacer algo, ya no estamos en edad de empezar a leer los diarios por sección deportiva sin llegar a las noticias principales, ya somos personas con uso de razón. Ocupemos esa razón, analicemos las acciones de los gobernantes que elegimos con nuestro voto. Hagamos que estos sean nuestros verdaderos representantes. De nosotros depende darle dirección  al país, si tú no lo haces, alguien más lo hará. No seas apático, después no se valen quejas que no te gustó lo que alguien más forjó en El Salvador.


Las ventajas de la Torre de Babel

*Esta columna es propiedad de www.mediolleno.com.sv y debes mencionar esta fuente en caso de compartirla

El buen uso de la singularidad de cada persona es lo que necesita El Salvador. Dejar de vivir en la Torre de Babel, donde reinaba la confusión y las personas no se podían entender. Sino que buscar y aplicar las ventajas que representa la diversidad.

En contadas ocasiones, dos o más personas tienen exactamente las mismas opiniones,  muchas cosas pueden variar;  religión, opiniones políticas, sexo, nacionalidad, edad, ideales, metas, etc. El etcétera puede ser una lista infinita de puntos de vista, que generan confusión y falta de entendimiento entre las personas. Pero esas características únicas de cada quien son las que crean los individuos, dando  la certeza de ser único e irrepetible.

Las diferencias más urgentes que se deben de aprovechar son las variadas opiniones políticas. Esas definen el rumbo de la nación, ellas y sus consecuentes políticas económicas.

Un paso a seguir para aprovechar la diversidad con respecto a la política (aplicable en el día a día) es aprovechar de buena manera los espacios de opinión, evitar en ellos la denominada “toxicidad en la información”. La toxicidad efectuada en la información consiste en publicar (en cualquier medio) información errónea, ya sea por falta de verificación, o de forma deliberada. También se expresa mediante insultos o comentarios denigrantes hacia el autor o el medio de comunicación que sirvió de vía para dar una opinión. Las redes sociales (Twitter, Facebook, blogs) son perfecto ejemplo de estas  prácticas, en ellas se observan  expresiones  fuertes de inconformismo  y hasta de burlas.  Es comprensible que no se estará de acuerdo con todo lo que existe en los medios de comunicación, pero los insultos no son la manera de aprovechar las diferencias. Si se expresa una opinión distinta a la del autor, se debe de proponer o llamar a un sano debate, así se aprovecha la pluralidad y los acuerdos llegados en los debates se convierten en ventajas: ideas fusionadas que surgen del hecho inamovible, de que todas las personas piensan distinto.

Otra manera de aprovechar la pluralidad es dejar atrás toda actitud que genere un prejuicio y que no permita relacionarse con alguien que piense distinto. Como se diría coloquialmente en el país, no hay “que agarrar llave” contra determinado sector de la población, solo porque a simple vista tiene costumbres y pensamientos distintos.

Para la del “relevo generacional” (personas que nacieron en el final de la década de los 80 y principios de los 90, que no tienen memorias de la guerra)  los prejuicios con los que viven  son heredados. Durante la guerra, las ofensas o daños no fueron directamente hacia ellos (en la mayoría de casos), más bien, hacia sus padres, abuelos, familiares. Conforme ellos crecieron aprendieron el prejuicio desde el punto de vista de sus padres, tomando como parámetro que los que infligieron daño a la familia eran los “malos”.  Creando una generalización para todo aquel que no piense igual que ellos. Sin darse cuenta que las familias de los jóvenes que piensan de manera distinta también sufrieron las mismas ofensas y daños.  Para poder dialogar con compatriotas de su misma edad y con distintos pensamientos políticos tienen que dejar atrás esos prejuicios, dándose cuenta que ya no deben de existir dos bandos, “los buenos (nosotros)” y  “los malos(los otros)”.

Aprovechar las diferencias entre los salvadoreños no implica de ninguna manera que el camino será fácil y que siempre se podrá llegar a acuerdos que  todos los sectores de la población vean con un 100% de aprobación, ni se estará del todo de acuerdo con el rumbo político, económico que tiene el país. Tener una actitud dispuesta a ver con ojos positivos las diferencias  del otro, asegura algo  grandioso,  asegura poder vivir en paz. Y la paz  verdadera en El Salvador  es algo que todos los salvadoreños de corazón queremos, anhelamos y estamos dispuestos a sacrificarnos por lograr.


Es momento de batallar

  *Esta columna es propiedad de www.mediolleno.com.sv y debes mencionar esta fuente en caso de compartirla

La primera batalla del día: levantarte cuando  escuchas el despertador, luchar contra la comodidad y no  quedarte  dormido “sólo cinco minutos”. ¿Qué haces? ¿Te levantas, duermes un poco más?
Antes de continuar, aclaro a qué me refiero con “batalla”;  toda situación o problema del día a día que de una u otra manera desearías que fuera distinto.

¿Cómo confrontas esta batalla?  En general,   ¿Qué postura tomas ante los problemas? ¿Los ignoras, te quejas?, ¿Sabes acaso lo importante que es en tu vida la actitud con que enfrentas las dificultades?
Es trascendental la forma en que decides reaccionar antes las adversidades, en ello radica la diferencia entre una persona conformista y una sobresaliente. Entre el éxito y el fracaso. Marca la diferencia encarar la realidad con la frente en alto y disponerte a luchar para cambiarla, o simplemente dejarse arrastrar por la corriente.

Estudiando la vida de las personas notables vemos que el origen de su brillantez radica en la actitud que tomaron al momento de desafiar su realidad y decidir transformarla. Ejemplo excepcional de ello es la lucha contra la segregación racial. George W. Haley, abogado norteamericano,  fue la segunda persona de color en la Universidad de Arkansas en 1949. No permitió que los prejuicios raciales de sus compañeros de estudio hacia él lo desanimaran en su camino, siguió firme en sus ideales, rompiendo los paradigmas establecidos y llegó a ser columnista de la revista de derecho de su universidad. ¡El máximo honor al que podía aspirar! Otro sobresaliente ejemplo,  Nelson Mandela, no sólo cambio paradigmas, fue Presidente de Sud África, integró dos culturas, pero lo más notable de él, nunca perdió su libertad espiritual aunque estuvo preso por 27 años.

Ser libre abarca desde el movimiento sin restricciones hasta la capacidad de vivir con plenitud con las oportunidades que la vida te da. Existe una relación entre tus actitudes y tu libertad. Si  te  enfocas en lo negativo,  dejándote dominar por frases como: “Si sólo viviera en…”, “Cuando suceda eso, entonces estaría bien…”.  Te  vuelves  presa de los negativismos, se convierten (sin  darte cuenta)  en la brújula de tu  vida,  te ata las manos,  te nubla los ojos y no  puedes ver más allá de lo obvio. Cuanto más rápido  te  des cuenta de ello, mejor. Menos tiempo de tú juventud  mal gastas.
Ser joven no es simplemente tener un exceso de energía, poder dormir pocas horas, y manejar casi por instinto toda la tecnología que muchas veces abruma  a nuestros los padres. Ser joven es actuar positivamente, tener ideales, querer cambiar el mundo, pero sobretodo, es actuar proactivamente conforme a tus ideas.  Sin querer que estos queden como proyectos no realizados, pereza excusada con negativismos.

Es cierto, no vivimos en un país reconocido por estabilidad (ya sea económica, en materia de seguridad). Pero te invito a que hagas algo: mira lo negativo que existe a tu alrededor y frústrate por un rato. Pero  ese sentimiento de frustración (ojo no dejes que pase más allá de algo pasajero) conviértelo en determinaciones que ayuden a cambiar a El Salvador. ¡Y manos a la obra!

Las oportunidades existen, ajústate los lentes y descúbrelas. ¿Quieres construir casas?  Vete a un campamento con tu martillo.  ¿Quieres donar un poco cada día? Dona veinticinco centavos.  ¿Eres  del estilo de opinar y llegar a consensos? Existen muchas organizaciones juveniles para dar a conocer tu opinión y soluciones. Las oportunidades existen, solamente es de prepararse para aprovecharlas cuando estas se presenten. Algunas te pueden hasta tocar a tu puerta de manera evidente, pero la mayoría (que son las más satisfactorias a largo plazo) las tenemos que crear. Hablo en plural, por que no somos pocos jóvenes los que queremos cambiar al país. Más que una actitud positiva, es una decisión entre escoger el bien y el mal. Escoge el bien, El Salvador lo necesita.

lunes, 11 de abril de 2011

Hazme un instrumento de tu voluntad

Ya no me siento sola porque sé que tú estás conmigo
No siento angustias ni tristezas pues tu diriges mi camino
¿Hacia donde me conduces, hacia donde mi dirijo?
¿Cuál es el sendero trazado de antemano?

¿Adonde te serviré según tú voluntad?
¿Donde he de dejar mi empeño y coraje?
¿Cuál es el camino pedregoso?
¿Cuál es el sendero que me acerca más a  ti?

Me has llevado de la oscuridad a la luz
Me has mostrado tu verdad
Me has curado mis heridas
Me has dicho que me amas, y que me quieres a tu lado

¿Qué es estar a tu lado?
¿Qué significa eso en mi vida?
Sin duda es hacer tú voluntad
Enséñame cada día como caminar de tu mano

Haz que mis tropiezos me acerquen más a ti
Haz que sea una huella de ti para los demás
Haz que mi vida no sea estéril
Hazme un instrumento de tu voluntad.