jueves, 17 de marzo de 2011

Esto va para tí, tio Luis

TODOS en la vida escuchamos las advertencias:
  • Hay que vivir como si fuera el último día
  • Hay que decirles a las personas que queremos, que las queremos
  • Dale importancia a tú familia
  • Nunca des por hecho algo, pues un día será la última vez que lo escuches, y te darás cuenta que jamás volverás a escucharlo.
Mi tío mayor acaba de morir, el hermano mayor de mi mamá, me resulta bizarro pensar que jamás volveré a escuchar su típico saludo hacía mi: (con su voz ronca) ¡Hola Guapa! O el más típico aún: ¡Hola chata! (me lo gane desde mi infancia, obviamente por mi falta de nariz).
Nunca más me preguntara por la universidad (siempre me preguntaba por mis notas, no alcanzo a ver mi graduación este año), no lo volveré  a ver sentado leyendo el diario donde mi abuelita. No me volverá a molestar cada vez que España o el Real pierdan algún partido. No me preguntará: (en tono de broma, cada vez que comía algo que yo cocinaba) ¿y esto, de verdad lo hiciste vos? No me dará consejos como este: “Y acordate sobre todo y si podes dejalo en claro, que en realidad, los vikingos vinieron primero a America,no los españoles”. El fingia que lo aclarara cuando me iba de viaje,por un intercambio estudiantil,claro, tal intermcabio lo patrocinaba un banco español,e iba a estar en compañia de muchos españoles y latinos durante mi viaje. Compartí con el mis vivencias cuando regrese del intercambio 6 semanas después, él en su maestria habia visitado varios de los sitos a los que yo fui . Me preguntaba- ¿Y te gusto X  parte? Sí tío, me encanto- si,porque si no te gustaba,me iba a preocupar por vos. Se me vienen a la mente, una cantidad de cosas que no volveré a compartir, las cosas que yo daba por tácito que simplemente mi tío estaría aquí. Lo peor, es darme cuenta de esta forma, lo mucho que lo quise.

Medito acerca de la fragilidad humana, de un día estamos acá, pero un miércoles cualquiera a las 7:50 de la mañana  sorprende un timbre en el celular de tú mamá, que cambia el rumbo.
Pienso también en la fortaleza humana, el vivo ejemplo para todos sus nietos: mi abuelita. A sus casi 88 años, la viejita es un mini roble hecho persona. Han pasado cinco años desde que mi abuelito se me fue y allí esta. La noticia se la dijeron mi mami, otra de las tías y mi hermana mayor. Lloró por media hora, paró de llorar, saco fuerzas, anuncio que quería almorzar bastante, para poder estar fuerte y aguantar mejor. Y que la llevaran, porque se tenía que despedir de su hijo y estar con mis primos.

Mi tío tuvo una buena vida, quiso mucho a sus papás y sus hermanas. Estudio lo que le gustaba, se casó, puso la empresa que quiso, tuvo a mis cuatro primos, y conoció a 3 nietos, y vienen dos más en camino.

Hoy no me he podido concentrar, para nada. Lo más productivo que he hecho es este escrito, necesitaba sacar todos mis pensamientos. Han sido las palabras que más fácil han brotado de mi.
Intento concluir la enseñanza del día de hoy, que sentí  más cerca de mí la fragilidad humana ¿Qué cambiare de mi vida? ¿Qué positivo sacar de esto? ¿A que darle importancia y a que no tanto?
Pienso que lo importante es la familia, disfrutar de un simple almuerzo familiar, tener el valor y decirles que los amo. Disfrutar con los amigos. Luchar por tus ideales. Aprovechar el tiempo, que Dios nos da en esta vida, y vivir tan plenamente, que cuando llegue nuestra hora, podamos ir felices a su encuentro. Con la menor cantidad de cosas negativas en nuestro saldo, y la certeza de haber venido a esta tierra y que nuestra vida no fue inútil, que la pusimos al servicio de los demás, pero sobre todo, al servicio de Dios.

Esto va para ti, tío Luis.